Apuntes para pensar la estructura económica chilena parte 2: El Neoextractivismo cuprífero en Chile

Benjamin Lobos, Economista

 

En la parte 1 de los apuntes miramos de manera general la relación subordinada de la economía chilena dentro de la economía mundial dirigida por los países centrales. En esta segunda parte queremos mirar en detalle cómo se produce esta relación, con el fin de que sea una guía para comprender la raíz de los problemas que afectan particularmente a los trabajadores y las comunidades.

El neoextractivismo como pilar de la economía chilena

El neoextractivismo se puede definir como la depredación de grandes volúmenes de recursos naturales, por capitalistas nacionales y transnacionales, que son esencialmente destinados a la exportación como materias primas o productos de poco valor agregado (poco procesamiento). A estas materias primas se les conoce como “commodities”.

La agenda extractivista en Chile es pilar fundamental de la economía Chilena: Extracción minera, forestal, empresas salmoneras y pesqueras son parte fundamental de las exportaciones de commodities. Aunque su contribución al PIB fluctúa entre 20 % a 25 %, los cambios en la oferta y demanda en el precio de los commodities traen consigo fuertes shock para la economía chilena. El cobre, particularmente, tiene fuertes impactos en toda la economía, un shock en el precio de este afecta a las principales variables macroeconómicas: PIB, inflación, tasa de interés y tipo de cambio (Pendersen 2015). El sector de exportación de materias primas representa, prácticamente, el 100 % de las exportaciones en Chile (ver figura 4), y solo el cobre representa el 40 % de estas (ver figura).

 

 

Según datos de la CEPAL, de cada 100 dólares que Chile exporta, 90 corresponden a materias primas. Todo esto expresa la fuerte dependencia de la economía por las materias primas, particularmente del cobre.

La gran minería del cobre dentro de las cadenas de valor mundial

El cobre es parte de la demanda global de productos con poco procesamiento demandados por los centros mundiales de acumulación, como se sostenía en la parte 1 de los apuntes, el rol de las transnacionales, particularmente de Estados Unidos, Australia y Canadá es fundamental, representando el 70% de las inversiones en la minería cuprífera en Chile.

En el marco actual de la economía mundial,  el aumento de las exportaciones de cobre se debe principalmente a la mayor demanda de China por el metal rojo. Esto ha impulsado la inversión de las transnacionales, que actúan como centros de organización de la economía mundial para traspasar el valor agregado del cobre  a las economías del primer mundo. La inversión en cobre, en lo que se refiere a máquinas y equipos la llevan adelante estas transnacionales con gran capacidad de liquidez y endeudamiento, y aunque esto significa un mayor porcentaje de exportación de cobre para Chile, esto no se transfiere en términos de valor agregado a los trabajadores ni a los capitalistas nacionales. La fuerte correlación entre la Inversión Extranjera Directa (IED) y la tasa de participación en las cadenas de valor, viene a confirmar esto.

En la siguiente figura se ve cómo se reparten las ganancias mundiales, entre países atrasados y la potencias capitalistas.

La minería cuprífera es expresión de esto, en el periodo 1995-2011 se ha desarrollado una profundización de los encadenamientos regresivos para la producción de cobre chileno, es decir, no es solo que haya un traspaso de rentas del cobre a los centros económicos mundiales (Figura anterior) más aun, esto ha venido profundizando que cada vez más la economía chilena exporte cobre con menor procesamiento. Como veíamos en la parte 1 de los apuntes, esto deviene de la restructuración de la economía mundial, particularmente por la entrada de China a la producción de cobre refinado.

Así, en la figura siguiente se observa que en 1995 el 15 % de las exportaciones chilenas (50% minería cuprífera) era exportada como insumo para ser procesado, para el  2011 este porcentaje aumento a 32%.  ¿Dónde se origina esto? Se origina en los sectores mineros extranjeros. En 1995, el valor agregado de la minería extranjera correspondió  aproximadamente el 3% de las exportaciones de Chile en la industria de metales y minería, mientras que, hasta 2011, aumentó a más de 10%. Dado que Chile importa una cantidad sustancial de petróleo y gas para su industria del cobre, gran parte de este aumento se remonta a los aumentos en el precio de la energía durante este tiempo.

Así, como era de esperar, el desarrollo energético último en Chile está completamente ligado a la producción cuprífera, como reordenamiento llevado adelante por las transnacionales, para desenvolverse en las condiciones de competencia actuales del capitalismo.

 

En los próximos apuntes estableceremos el nexo entre el desarrollo económico chileno, el sector energético y los problemas ambientales que cruzan a la población.


Publicado

en

,

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *