La ilusión de una policía no represiva ¿Modernizar la policía o disolverla?

Por: Enzo Lanzarini

 

Trotsky afirmaba, a propósito del ascenso del fascismo en Alemania en los años 30′ que “es la existencia la que determina la conciencia. El obrero, convertido en policía al servicio del Estado capitalista, es un policía burgués y no un obrero.»

La represión en Chile es de carácter estructural, no es novedad la represión frente a la población por cada movilización justa que se haga contra empresarios o el gobierno. En Chile luego de la dictadura, en la transición y la democracia pactada, ha sido fundamental el rol de Carabineros para mantener el orden neoliberal y los pilares de la Constitución de la dictadura, asegurando gobernabilidad a la entonces Concertación y la derecha a favor de los grandes capitalistas.

Son innegables los casos de violencia que comete Carabineros contra estudiantes, trabajadores, comerciantes ambulantes, pueblo mapuche y toda persona que se vea en la necesidad de reclamar lo justo. Solamente desde la vuelta a la democracia sumamos 15 muertos mapuches oficialmente asesinados a manos de la policía. Constantes denuncias en cada movilización de vejaciones, de acoso sexual de parte de funcionarios contra estudiantes y menores de edad, torturas en calabozos a luchadores sociales, etc.

Por otro lado, el gobierno y los medios nos intentan hacer creer a toda costa que la policía cumple un rol de «seguridad» fundamental en la sociedad. Esto porque la ideología de «la seguridad» siempre ha sido primordial para el orden y gobernabilidad en la democracia burguesa, justificando así la existencia de una policía «heroica y segura», que ya sabemos no es así.

La policía, como institución, y de eso tenemos experiencia basada en represión, existe por cuanto existe la propiedad privada de los medios productivos, siendo éste componente la clave para su razón de ser. Mantener el «orden» del Estado capitalista, el «orden» de los empresarios, la iglesia y los poderosos. La existencia de la policía es opuesta a los intereses de la clase trabajadora.

Desde el marxismo, señalamos que la sociedad está dividida en dos clases fundamentales, y que éstas clases (la burguesía y el proletariado), están en constante disputa, lo que llamamos la «lucha de clases». Ésta tensión es el motor de la historia de la humanidad.

 

La existencia de la policía es intrínseca al capitalismo y la propiedad privada

 

Mientras exista la propiedad privada de los medios de producción, y haya que vender nuestra fuerza de trabajo a cambio de salario a un empresario, la tensión de clases existirá y tenderá a agudizarse. Los intereses contrapuestos de las clases no se pueden combatir simplemente con «ideas», por tanto la burguesía no entregará la propiedad privada de los medios de producción sólo por una cuestión de voluntad, o alguna jugada parlamentaria. Por tanto debemos acabarla y es en éste punto de intereses contrapuestos, que la policía cumple su rol histórico; proteger las ganancias y la propiedad privada de unos pocos frente a los intereses de la mayoría explotada y oprimida.

El revolucionario ruso, León Trotsky, bien explica en el «Programa de Transición» que las y los trabajadores deben considerar que cuanto más fuerte sea su lucha, más fuerte será el contraataque del capital, y así, cuanto mayor sea la escala de los enfrentamientos, más real será la creación de destacamentos obreros de autodefensa, comenzando desde los piquetes de huelga para luchas particulares o hasta milicias obreras cuando los enfrentamientos son más agudos. De ésta manera la clase obrera se prepara para el desarrollo de organismos de autodefensa que puedan tener un alcance de masas, pasando por encima del rol de las policías del Estado burgués.

 

La organización es la clave para acabar con el sistema capital y sus fuerzas de orden

 

El Frente Amplio se equivoca y siembra falsas ilusiones cuando aspira a democratizar a Carabineros. Al contrario, lo fundamental es destacar la importancia de la autodefensa obrera, sin ninguna confianza en las fuerzas represivas del Estado burgués que sólo están para proteger los intereses de la clase dominante.

Incluso existen corrientes que llaman a realizar política hacia la consciencia de las filas de Carabineros, aspirando a cambiar la institución desde adentro. Más ilusos aún, no comprenden que lejos de ser una expresión de deseos, la única posibilidad eventual de que una parte de la policía deje de reprimir a trabajadores, revelándose, es en un escenario agudo de lucha de clases (una situación revolucionaria), que produzca un quiebre y descomposición del Estado y sus instituciones coercitivas, radicalizándose políticamente las masas.

Sólo bajo un contexto revolucionario de masas, con una avanzada movilización que contemple armamento obrero y popular, con el poder represivo del Estado debilitado, la clase trabajadora podría acaudillar y/o «persuadir» a algún sector de las fuerzas represivas del Estado. Éste podría ser el escenario más realista de contar con apoyo de sectores de la policía, con fuente en las experiencias históricas de la lucha de clases a nivel mundial. Y no como plantea el reformismo del Frente Amplio, la confianza en la institución del orden burgués en tiempos de relativa «normalidad» sin procesos revolucionarios, donde la subjetividad policial se esmera por apagar a punta de bala y luma el despertar de trabajadoras y trabajadores.

El despertar de la conciencia de clase de las y los trabajadores va de la mano con el cuestionamiento radical a la propiedad privada de los medios de producción y la pelea por la disolución de todas las fuerzas de orden y seguridad, al mismo tiempo que defender y promover todas las formas de autodefensa obrera y popular que se desarrolle en las masas organizadas en enfrentamiento con la violencia del Estado materializada en las policías y ejército. Todo brote de auto organización en aras de construir milicias obreras y populares es un salto de conciencia hacia la construcción de un de un Estado obrero.

Es por esto que desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios, planteamos la necesidad de la disolución de todas las Fuerzas de Orden, y ante la contingencia actual instamos a las distintas organizaciones sindicales, estudiantiles, del movimiento de mujeres y de Derechos Humanos a impulsar una gran campaña por la disolución de las Fuerzas Especiales de Carabineros, contra la represión y la desmilitarización de La Araucanía.


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