A 150 Años de El Capital: ¿Por qué es importante comprender la obra de Marx?

 

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BENJAMÍN LOBOS

 

El Capital es la síntesis del trabajo de toda la vida de Marx, es la expresión acabada de un análisis científico del capitalismo.

Pero no es cualquier análisis.  Marx comprendió que el capitalismo era un avance para la humanidad, ya que por primera vez se podía controlar los designios de su futuro. Sin embargo, Marx vio en el capitalismo sus límites, una contradicción entre lo individual y lo colectivo. En el mundo moderno, con un comercio pujante, que establecía la competencia, individuos libres económicamente, seguía siendo incapaz de satisfacer las necesidades de todos los seres humanos. La Ilustración declaró que todos los hombres eran libres e iguales, pero eso no se condecía con la realidad, donde la libertad individual entró en contradicción con los intereses generales de la sociedad[1].

La lucha contra estas contradicciones no comenzó con Marx. Antes de él los  utopistas como el anarquista Proudhon, Saint Simon o Fourier alentaron la lucha contra las condiciones de vida que el capital impuso a los trabajadores.  Marx, aunque compartió  esta lucha, creyó que la superación del capitalismo no podía darse en base a argumentos morales, si no científicos. ¿La lucha contra el capitalismo, una sociedad sin explotación donde lo individual no esté en contradicción con lo colectivo es posible dadas las condiciones materiales que el mismo capitalismo había instalado?

Para los revolucionarios es vital comprender como Marx desarrolló esta idea a lo largo de su vida, y lo llevó a una conclusión magistral en su máxima obra El Capital.

 

El Joven Marx  Contra Hegel

 

Fue Hegel (de quien Marx había sido critico en su juventud) quien estableció años antes que la humanidad era libre, había alcanzado un nuevo estadio  y que con la creación del estado moderno se había realizado la razón, es decir, la humanidad podía vivir de forma racional y desarrollarse plenamente. Pero según Marx esto no se condecía con la realidad, había algo que entraba en contradicción ¿Los trabajadores se desarrollan en plenitud, de forma integral? Para Hegel la contradicción entre pensamiento y existencia se había superado pero la realidad social decía otra cosa[2].

 

El Trabajo Enajenado

 

Aunque en su juventud  Marx compartió con Hegel la idea de un estado que pudiera regir la sociedad, que pudiera cerrar las contradicciones de ésta, la existencia de la propiedad privada impide dicha superación. En la existencia del proletariado, Marx encontró la negación de la razón hegeliana. A los 24 años sostuvo que “el obrero se niega en su trabajo en vez de afirmarse”, “El obrero es más pobre cuanta más riqueza produce”.  Para Marx la alienación se producía en dos sentidos: primero, como extrañamiento del mundo de los objetos, y segundo, en la actividad de producción misma, donde el obrero  se “desrealiza “, “no está consigo mismo”,  “su trabajo es forzado”[3].

Esta manera de comprender la alienación en Marx es el punto de partida para encontrar en la propiedad privada, o más bien en la desposesión de los medios de producción por parte de los trabajadores el argumento de la alienación.

Establecido esto, Marx planteó cuál será su tarea desde ahora: “la de comprender la conexión esencial entre la propiedad privada, la codicia, la separación de trabajo, capital y tierra, la de intercambio y competencia, valor y desvalorización del hombre; monopolio y competencia; tenemos que comprender la conexión de toda esta enajenación con el sistema monetario.”[4]

Debía volcarse a estudiar cómo se producía esta alienación en concreto,  desnudar la dinámica capitalista.

 

Del Empirismo al Método Dialéctico de Hegel

 

En el periodo previo a los Borradores del Capital —los “Grundrisse”—,  Marx aunque intuyó muchas de las categorías como el valor del trabajo y la plusvalía, aún seguía manteniendo un pensamiento empirista, lo que le impidió ver el proceso de producción del capitalismo, al decir de Hegel, como una totalidad. Es decir, Marx vio la contradicción del capital entre lo individual y lo colectivo, y sabía que esto devenía del sistema económico imperante y de la propiedad privada, pero lo que aún no sabía es  cómo esto se desarrollaba en su totalidad en el capitalismo. Su afán por conocer esto no venía de simple capricho, sino que servirían para mostrar al conjunto de la clase obrera como operaba el capitalismo en contra de su vida. Por otra parte, esto mostraría a la clase obrera la posibilidad de superar dicha realidad. Es en este punto donde Marx comenzó un reacercamiento a Hegel, buscando en las contradicciones del capitalismo, en su negación, su misma superación.

Pero no es hasta que se vuelca a leer la Ciencia de la Lógica en la década de 1850 que Marx encuentra la forma de develar la alienación en totalidad. Hegel constituyó su punto de partida, “la mercancía” como el concreto que determina el conjunto de las otras relaciones capitalistas, la competencia, el intercambio, el comercio, el dinero, todas estaban interconectadas por esta forma concreta. Ahora que ya estaba dado el punto de partida, lo concreto,  Marx comienza a ir a lo abstracto, de lo finito a lo infinito, de la apariencia a la esencia.

 

Pero este nuevo método no era para mostrar empíricamente la explotación con datos y hechos.

 

Así, en la Primera edición Francesa del Capital Marx dice:

 

Aplaudo su idea de publicar la traducción de Das Kapital por entregas periódicas. En esta forma la obra será más accesible a la clase obrera, y para mí esta consideración pasa por delante de cualquier otra.

He ahí la cara de su medalla, pero he aquí la cruz: el método de análisis que he utilizado y que aún no se había aplicado a los temas económicos, hace bastante ardua la lectura de los primeros capítulos, y hay que temer que el público francés, siempre impaciente de conclusión, ávido de conocer la relación entre los principios generales y las cuestiones inmediatas que le apasionan, se sienta rechazado por no poder saltarse eso desde el principio.

 Ésa es una desventaja contra la cual no puedo emprender nada, como no sea avisar y armar previamente a los lectores que se preocupan por la verdad. No hay camino real en la ciencia, y sólo tienen posibilidad de llegar a sus cimas luminosas los que no temen cansarse ascendiendo por sus senderos escarpados[5].

 

El Descubrimiento de la Teoría del Valor  y la Plusvalía.

 

Profundicemos. Marx declara en El Capital que para este utilizó un nuevo método. Estaba el comercio, el dinero, la competencia, el proceso de producción, pero todo esto venía determinado por algo anterior, algo que  era la raíz y que era lo que determinaba a una sociedad, era la forma de como organizaba la producción, y en el capitalismo como en ningún otra sociedad la producción se lanzaba al mercado en forma de mercancía, y esto es lo que era el núcleo para el conjunto de todas las otra determinaciones.

Marx inició su análisis de la mercancía en Contribución a la crítica de la economía política, libro previo a El Capital. La definió como trabajo humano cristalizado,  superando la concepción burguesa del  valor como precios de producción. Colocó en el centro nuevas categorías, tiempo socialmente necesario de trabajo y fuerza de trabajo, con el objeto de develar como estas categorías se conectaban con el conjunto de la dinámica del capitalismo. Para esto toma  lo que ya desarrollo con Engels y que quedó plasmado en la ideología alemana, el materialismo histórico, para Marx las categorías son  históricas y generan relaciones sociales concretas, por tanto había que develar como estas categorías, núcleo de la producción capitalista se conectaban con el conjunto de la dinámica del capital y el trabajo.

Mediante el proceso de abstracción el descubrió que el valor de dos mercancías viene dado por el trabajo humano socialmente necesario para producirlas. Pero  si al obrero se le entregara un salario diario equivalente a lo que el produce en un día,  ‘¿De dónde viene la acumulación de capital?, ¿Cómo el capitalista puede acumular capital , si este le paga un salario al obrero equivalente al valor de su trabajo convertido en mercancías?.  Aunque esto ya lo había desarrollado en los Grundrisse,  ahora tiene un nuevo enfoque, la plusvalía deja de ser un misterio[6].

Marx acá dejó al descubierto algo que Smith y Ricardo no pudieron develar (quizás por su espíritu burgués) y que sus discípulos metieron debajo de la alfombra. La acumulación de capital deviene de la diferencia de valor entre lo que el trabajador produce como valor mercancía  y lo que recibe en valor mercancía en salario, es decir es el trabajo no remunerado, diferencia entre el valor de la fuerza de trabajo como mercancía y el valor de las mercancías  que esta fuerza de trabajo produce.  Claro, todo esto se esconde al llevarlo al plano del dinero,  como Marx dice en el fetichismo de la mercancía, lo que se cambia (por medio del dinero) es mercancía, “aunque no lo sepan, pero lo hacen”[7].

 

Después de la Abstracción de Vuelta a lo Concreto.

 

Marx tuvo que volver a lo concreto para comprender cómo la enajenación del trabajo ya no es solo alienación de los productos del trabajo  (Hegel), sino también en las formas y contenido del propio trabajo. Esta parte, como totalidad, solo está escrita en El Capital. Por un lado, en los Grundrisse, había desarrollado el tema de la alienación pero de forma más general e intuitiva. Por otro lado, en Contribución a la crítica de la economía política formuló la teoría del valor de manera abstracta. En El Capital unificó estas dos aproximaciones anteriores, para ver el proceso como una totalidad.

Profundicemos, Marx a partir de su análisis del valor y la plusvalía vio cómo el trabajo se subordina a la sed de ganancia. Es la competencia la que lleva a los capitalistas a buscar nuevas tecnologías para mejorar la producción y así obtener mayor plusvalía a partir de mejoras en la productividad (plusvalía relativa). Es decir, el proceso de producción se subordina a la búsqueda de mayor plusvalía, junto a los trabajadores como apéndice de este proceso.

El capitalista al tener una mejor productividad puede cubrir los salarios con un menor tiempo de trabajo, luego puede obtener una mayor ganancia con el tiempo de trabajo que el trabajador le entrega de forma gratuita.

En concreto, el capitalismo  subordina a los trabajadores y trabajadoras a las maquinas, y no ocupa esto para la liberación de la humanidad  del trabajo mecánico y repetitivo. Lo que podría ocuparse para el bien de la sociedad y su desarrollo íntegro, termina siendo la destrucción de la vida misma. Esta es la dinámica de la enajenación en el capitalismo[8].

Finalmente Marx vuelve a la lucha de clases, esta dinámica (la enajenación ahora concreta) es la lucha de clases en sí. El capitalista busca extraer más plusvalía de esta forma, mientras los trabajadores buscan obtener mejores condiciones de vida a partir las condiciones materiales que el capitalismo ha instalado.

 

La Teoría de Marx para Analizar el Capitalismo  Hoy.

 

La crisis 2008-2009  mostró que el capitalismo está lejos de superar sus contradicciones,  es decir, que  cada cierto tiempo sale a la luz el ciclo endógeno de este.

Con respecto a la crisis se han suscitado enormes discusiones en torno a qué tipo de crisis fue: ¿de la demanda?, ¿de la sobreproducción?, ¿financiera? Todos los economistas neoliberales, keynesianos marxistas, ortodoxos y heterodoxos han puesto sobre la mesa distintas teorías.

No entraré en mayor debate en torno a este tema, pero para tener alguna luz sobre esto es importante ver las medidas que fueron tomando los años posteriores distintos gobiernos en el mundo para amortiguar la crisis.

La crisis que al comienzo fue financiera (o así se manifestó al menos), de inmediato se transformó en una crisis de la deuda. ¿Qué es la deuda? No es más como los capitalistas y gobiernos se financian a largo plazo para poder llevar adelante sus inversiones o cubrir deudas de corto y mediano plazo.

Con el análisis de Marx sabemos que el dinero es intercambio de mercancía, aunque no lo veamos en primera instancia, es así. Es decir, cuando un gobierno o un capitalista pide un bono a largo plazo para refinanciar otra deuda o para invertir lo que hace, lo que realmente está haciendo es solicitar por adelantado parte de la  plusvalía que extraerá (supuestamente) del trabajo no remunerado en el futuro ¿Pero qué pasa cuando hay una crisis y esta plusvalía no se realiza, o se da en condiciones adversas debido al ciclo económico del capital?, ¿Hasta dónde puede llegar este refinanciamiento? La burguesía llama a esto “apalancamiento”: cuando la deuda se vuelve insostenible, es decir, impagable, ya que es mucho mayor que el margen de explotación de la empresa, este apalancamiento  se vuelve un cáncer en el seno de la economía. Las empresas no tienen financiamiento, no invierten, dejan de ser competitivas y si esto se da de conjunto lleva a una economía en recesión, donde los más afectados son las familias trabajadoras. Todo esto, producido por la máquina capitalista, su competencia y su afán de lucro.

¿Cuáles fueron las medidas ante la crisis de la deuda? En Latino América existen dos grandes ejemplos, Brasil y Argentina. Las salidas se dieron por el lado neoliberal, Macri y Temer  buscan pasar reformas que golpeen las condiciones del trabajo, con esto establecer márgenes de explotación mayores en perjuicio de los trabajadores. En Europa está Grecia y Estado Español. En ambos se fue al rescate de los privados y en paralelo se aplicaron medidas de austeridad, recortando la salud, la educación, la jubilación, otra forma de golpear a la clase trabajadora. En Francia se está introduciendo una reforma laboral que viene a quitar la demanda histórica a los trabajadores como es la negociación por rama.

De conjunto se pueden observar medidas para  salvar a los privados refinanciándolos desde el estado. Sin embargo, como el financiamiento no es más que plusvalía adelantada, todo esto no sirve si no se da en un ambiente de explotación acorde al crecimiento económico. Por esto, para que este financiamiento pueda generar suficiente ganancia a los capitalistas y así salir del fondo es necesario cargar  la crisis a las trabajadores y los trabajadores.

[1] Marcuse, Herbert, Razón y Revolución, Alianza Editorial, 1972, Capítulo I y V.

[2] Ibid.

[3] Marx, Karl 1844, Manuscritos Económicos y Filosóficos, Capitulo “El Trabajo Enajenado”

[4] Ibid.

[5] Marx, Karl, El Capital, “Prefacio a la edición Francesa”, Fondo de Cultura Económica,  1970, [1867].

[6] Mandel, Ernest, La Formación del Pensamiento Económico de Marx, Siglo Veintiuno Editores, 1968, p. 47.

[7] Marx, Karl, op. cit, pp. 74-82.

[8]Mandel, Ernest, El capital: 100 años de controversias en torno a la obra de Marx: El Plan del libro Primero, Siglo Veintiuno Editores, 1985, pp. 31-35.


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