La herencia de la dictadura en el medioambiente

 

La herencia de la dictadura en el medioambiente

Apuntes de la historia socio ambiental en Chile desde la dictadura

 

Domingo L. I.

Para poder entender el estado actual de las políticas ambientales en Chile es de utilidad referirnos a las transformaciones ocurridas durante la dictadura, pues fue ahí donde se sentaron los pilares estructurales del capitalismo neoliberal actual.

 

Hitos socio-ambientales de nuestra historia reciente

La dictadura y el medioambiente: el periodo que va desde 1973 y el estado de las políticas ambientales en Chile

La dictadura impuso no sólo un modelo económico neoliberal, sino que todo un modelo de sociedad; por lo cual, es difícil resumir los cambios ambientales pues comprenden varias dimensiones: económicas, sociales, legales, culturales, entre otras. Todas ellas transformadas de forma radical en un relativamente breve periodo de tiempo, dejan un impacto en el medio ambiente de largo alcance, que aún no podemos terminar de cuantificar.

La dictadura fue sin duda una derrota para el ascenso de las ideas revolucionarias y para las expectativas de terminar con el capitalismo, para las organizaciones de izquierda, para las formas de organización popular representadas tanto por la Unidad Popular como en las tomas de fabricas (los llamados cordones industriales) y para las tomas de terreno. La interrupción de este proceso por parte de los militares y de un sector de las clases acomodadas con el beneplácito del imperialismo norteamericano, marcan un antes y un después del cual Chile no puede desprenderse mientras estén con plena vigencia las transformaciones sociales impuestas.

En general, la apertura económica neoliberal significó la entrada de capitales sin ningún tipo de regulación ambiental. Privatizando y aumentando la extracción de materias primas que se tradujo en una mayor destrucción de los ecosistemas. En esta nota sólo nombraremos algunos aspectos importantes de estos impactos, ya que es un tema con el que se podría escribir no uno, sino varios libros.

 

Grandes transformaciones socio-ambientales: los pilares de la dictadura

El código de aguas: sin duda un aspecto emblemático de la época de la dictadura son algunos decretos como el Código de Aguas de 1981, con el cual se permite la apropiación sin costo de las aguas y de por vida, separándolo de la propiedad de la tierra. Estos derechos se repartieron en gran cantidad durante la dictadura y fueron los empresarios afines al golpe los principales beneficiados.

Las forestales: el estado subvencionó a los privados con el Decreto Ley 701 sobre fomento forestal, que estableció la bonificación del fisco a las plantaciones para aumentar la inversión forestal y les dio exenciones tributarias. Además de implantar una línea de crédito destinada exclusivamente a fomentar la forestación a través del Banco Central. Acorde con esta política, la superficie plantada, especialmente con Pinus radiata, aumentó notablemente en el período entre 1975-1989. En 1975, las plantaciones forestales del país alcanzaba las 390.000 hectáreas, mientras que en 1989, esta cifra se había elevado a 1.326.700 hectáreas [i].

En 1989, CODEFF (Comité Pro Defensa de la Flora y Fauna) denunciaba la destrucción de 48.592 hectáreas de bosque nativo en las VII y VIII regiones para plantar posteriormente Pino insigne en 1989. La expansión de los forestales también significó la expulsión de comunidades rurales, la degradación y erosión de suelos, la vulnerabilidad ante las plagas, la disminución de los cauces de agua y la contaminación del ecosistema por desechos y emanaciones que resultan de los rubros forestales [ii].

Sector pesquero: la devolución del control de las empresas al sector privado -que había sido estatizado-, las políticas de libre acceso al recurso, de fomento a las exportaciones y de desregulación del recurso, incentivaron la inversión de grandes capitales. El desembarque de peces aumentó de 0.9 millones de toneladas en 1975 a 6.6 millones en 1989. Esto en dos etapas: una inicial con buques factoría y de pesca de arrastre, sin ningún tipo de limitación en la captura (siendo que está internacionalmente prohibido que se pesque en zonas de costa) y otra posterior donde se  empezó a procesar en tierra, principalmente para la generación de harina de pescado y para conserveras. Ya recién en 1986, producto de la presión a nivel internacional, se promulgó la Ley Nº 18.565 y el Decreto supremo 436, que limitó, aunque de forma muy inicial la cantidad de flotas pesqueras en algunas regiones, entre otras regulaciones mínimas [iii].

Sector minero: en los ochenta, Chile aumentó su capacidad de fundición de concentrados desde aproximadamente 1.9 millones de toneladas anuales a 3.4 millones de toneladas anuales. En este proceso de expansión no existió mayor conciencia sobre el impacto de esta industria sobre el medio ambiente ni tampoco voluntad para fiscalizar el cumplimiento de las normas de calidad ambiental. Se avanzó en la privatización y se allanó el camino para una mayor inversión privada, lo que ambientalmente hablando, significa una mayor dificultad para cualquier nueva regulación ambiental, bajo la premisa de no cambiarle las reglas del juego a los privados [iv].

Urbanización: las políticas de liberalización económica implementadas en la Política Nacional de Desarrollo Urbano de 1979. Donde se estableció que el suelo urbano no era un recurso escaso y en consecuencia debía ser transado en forma libre, según los requerimientos del mercado, eliminando las restricciones al crecimiento de las áreas urbanas impuestas por la planificación en el pasado. El Decreto supremo 420 favoreció la ampliación de la ciudad y la segregación de los sectores más empobrecidos a la periferia urbana, trasformando terrenos aptos para el cultivo en zonas agrícolas, en viviendas urbanas.

Los 90 y la herencia de la dictadura en términos medioambientales

Dos derrotas posteriores al golpe con impactos incluso en lo ambiental

Como respuesta ante el golpe se desarrollaron una serie de protestas contra la dictadura que aspiraban a ponerle fin a ésta pero que también tenían la perspectiva de hacer retroceder los cambios que la dictadura impuso. Ambos aspectos fueron derrotados con la salida pactada, que aunque terminó con la dictadura, fue el fracaso de estas dos perspectivas iniciales, lo que implicó un retroceso en la conciencia y organización existente y la continuidad del modelo impuesto. Dentro de estas protestas, los temas ambientales también estuvieron presentes, aunque en la época el protagonismo lo tenían las protestas para terminar con la dictadura.

 

El proyecto estrella de la Concertación: la Ley 19.300. Continuidad y no cambio de la herencia de la dictadura

En los primeros años post dictadura los problemas ambientales fueron un tema de gran relevancia. Así, recién asumido en su mandato, el 5 de junio de 1990 -el mismo Día Mundial del Medio Ambiente- el entonces Presidente Aylwin firmó el Decreto Ley con el que creó la Comisión Nacional de Medio Ambiente (CONAMA), dependiente del Ministerio de Bienes Nacionales. Ésta, aunque precaria, fue la primera institucionalidad ambiental en la historia de Chile.

Con la intención de centralizar las múltiples regulaciones ambientales la Concertación promulgó la Ley de Bases del Medio Ambiente en marzo de 1994 y la aprobación del reglamento del SEIA en el año1997. Éste último debía jugar el rol de regular: «el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación, la protección del medio ambiente, la preservación de la naturaleza y la conservación del patrimonio ambiental» y debía regular a través del SEIA (Sistema de Estudio de Impacto Ambiental).

El SEIA ha sido una puerta de entrada para los proyectos donde prácticamente todos son aprobados, aunque en el último tiempo han surgido cada vez más voces críticas que en base a las protestas y figuras legales toman instancias como estas y/o como los tribunales ambientales para trabar proyectos de alto impacto ambiental.

 

 

La continuidad de la herencia de la dictadura en el Chile de hoy

Código de Aguas: el 90% de los derechos de aprovechamiento de aguas consuntivas (no devuelven su caudal al río) se encuentra en manos de empresas mineras y agroexportadoras, mientras que prácticamente el 100% de los derechos de aprovechamiento de aguas no consuntivos (devuelven su caudal al río) se encuentra en manos de transnacionales como ENDESA.

Las forestales: la expansión forestal en desmedro del bosque nativo es creciente. Al 2013 se observan casi 2,5 millones de hectáreas de plantaciones forestales [v] y las leyes que favorecen la expansión forestal han sido perfeccionadas y favorecidas. Las regulaciones son cuestiones discursivas, los planes de manejo son sólo para mantener el negocio. El Decreto Ley 701 de la dictadura sigue intacto. 

Sector pesquero: la situación ambiental en este sector es especialmente crítica. El ingreso de las salmoneras ha generado importantes tasas de contaminación en las costas del sur, obligadas a migrar producto de su propia contaminación dejando importantes desastres ecológicos tras su paso. La Ley de pesca, o la llamada Ley Longueira, establece por tiempo indefinido cuotas exclusivas de captura -de mínimo 20 años- para siete familias, privilegiando su vinculación histórica con el sector; beneficiando a las trasnacionales, que son las que más contaminan y destruyen los ecosistemas. Aún persiste la pesca de arrastre en gran parte de la costa [vi].

Sector minero: el aumento desenfrenado de la extracción minera aumentado por las leyes que establecen la igualdad de trato entre los yacimientos privados y estatales son el corazón de la economía. El sector de la minería da cuenta del 8,2% del PIB y del 42% del valor de las exportaciones. Chile es el mayor productor de Cobre del mundo y su producción minera ha aumentado en un 265% desde 1990 hasta comienzos del 2005, empleando al 1,2% de la fuerza laboral total.

Las actividades mineras todavía son causantes del grueso de las emisiones de SOx en Chile, así como de las emisiones de Arsénico en varias regiones. Un tercio de los tranques de relaves abandonados están en un estado deficiente o inaceptable. Casi la mitad de las aguas residuales de las grandes empresas no son tratadas. Las empresas mineras pequeñas y medianas no suelen cumplir la normativa. Poco se sabe de la contaminación del suelo con metales pesados y contaminantes tóxicos generados por las actividades mineras. Chile no tiene planes de descontaminación de las minas abandonadas. El impacto ambiental del transporte de minerales, sólo se mide en los estudios de impacto ambiental; el consumo de agua de las propias mineras -en particular en algunas regiones donde el agua es escasa- por ejemplo, corresponde al 70% del uso consuntivo en la II región y al 60% en la III región. El consumo de agua por parte del sector minero aumentó un 23% entre 1990 y 2002 [vii].

Urbanización: Al 2012 en Chile más del 85% de la población vive en áreas urbanas, es decir, la calidad de vida de las personas se relaciona directamente con habitar en la ciudad Santiago que es la ciudad que concentra mayor cantidad de habitantes, donde la segregación espacial se ha transformado en una tendencia, con la formación de guetos.

Esto se puede evidenciar en la distribución de las áreas verdes. Las cuatro comunas de más altos ingresos concentran el 32,2% de la superficie total de áreas verdes, mientras que las cuatro comunas más pobres sólo tienen el 4,1%. Una diferencia abismal entre las comunas pobres y las comunas ricas. Así, en La Pintana un 20% de los vecinos tiene un área verde a menos de 300 m de su vivienda, mientras que en Vitacura un 75% posee áreas verdes en zonas aledañas a sus hogares. [viii] La tendencia es a la disminución general de las áreas verdes. En sólo siete años, la capital redujo en un 9,8% su tasa de forestación. Esto quiere decir que durante ese período la ciudad taló 512 mil árboles y arbustos, con el fin de reemplazarlos por viviendas o calles. [ix]

Ideas para concluir

Los cambios en las políticas ambientales están marcados por las transformaciones históricas y sociales. La dictadura sentó pilares que la «transición a la democracia» mantuvo y profundizó, pero creando en el camino sus propios mecanismos, ajustándose a la legalidad pero manteniendo y amplificando el impacto sobre el medioambiente. Es decir, hay más continuidad que cambio en los pilares centrales, aunque ajustados a un marco legal general.

El sistema capitalista es una unidad económica, social, cultural y ambiental. Darle una salida a los problemas ambientales implica terminar con la herencia de la dictadura, pero al mismo tiempo requiere sentar las bases de una nueva sociedad donde la producción esté al servicio de las necesidades del pueblo trabajador y no de las ganancias de los empresarios, generando así mejores condiciones para una forma distinta de relacionarnos con el medio ambiente. Las expectativas en los avances de la técnica y de la ciencia sólo pueden caer en tierra fértil si hay una disposición social que permita que florezcan y se expandan. En este sentido, el quehacer ambiental está aún muy subordinado a las pequeñas concesiones, pese a lo catastrófico de muchos de los pronósticos, lo que hace más necesario que nunca un cambió de raíz a un sistema que se va haciendo cada vez más insostenible.

[i] Camus P,. Hajek E. HISTORIA AMBIENTAL DE CHILE 1998<http://www.grn.cl/historia%20medioambiental%20de%20Chile.pdf>

[ii] Idem i

[iii] Ídem i

[iv] Ídem i

[v] http://www.corma.cl/_file/material/crecimiento-del-pais-y-politica-forestal-2017.pdf

[vi] Noticias Terra 2012: <http://noticias.terra.cl/ciencia/senado-chileno-aprueba-polemica-ley-de-pesca,5ed7ba6c5624b310VgnCLD2000000ec6eb0aRCRD.html>

[vii] CEPAL / OCDE 2005<http://www.cepal.cl/publicaciones/xml/2/21252/lcl2305e_cap6.pdf>

[viii] Reyes & Figueroa 2010<http://www.eure.cl/numero/distribucion-superficie-y-accesibilidad-de-las-areas-verdes-en-santiago-de-chile/>

[ix] Santiago redujo tasa de forestación en 9,8% en siete años <http://diario.latercera.com/2011/04/04/01/contenido/santiago/32-64633-9-santiago-redujo-tasa-de-forestacion-en-98-en-siete-anos.shtml>

[x] http://diario.latercera.com/2014/06/15/01/contenido/reportajes/25-166760-9-la-agenda-ecologista-despues-de-hidroaysen.shtml


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